sábado, 12 de mayo de 2012

La imagen de los demás al otro lado del espejo


Buenas, a raíz de una entrada que he leído navegando por el "universo bloggero", he decidido hacer una entrada rápida, que de todas formas llevaba toda la semana dando vueltas por mi cabeza, y el leer esta entrada me ha decidido a escribir la mía.

El tema va sobre cómo se nos exige una imagen, y cómo si no cumplimos con ella, cuanto menos, se nos corrige.

Vamos por la calle y vemos a una persona gorda, no me refiero a una persona con obesidad mórbida, porque ya nos meteríamos en terreno médico, nos llama la atención, nunca querríamos estar como ella. Pensamos; no se cuida, y por  tanto culpabilizamos y condicionamos; ...debería cuidarse. ¿Sabemos que es de verdad "cuidarse"? o la tan famosa frase: ...es que hay que "arreglarse" un poquito para estar mona. ¿Se considera que una persona que no se "arregla" es que está estropeada? ¿rota quizá?

Nos fijamos en cómo van los demás y los sometemos a un patrón de belleza que tenemos "configurado" en nuestra cabeza. ¿Es nuestro? o es un añadido social a nuestra forma de ver a los demás. Entiendo que aquello que nos agrada a la vista, nos hace sentirnos mejor, pero qué pasa con aquello que no es lo "normal" ya no nos agrada, es algo diferente que nos chirría, nos sentimos a disgusto, nos incomodamos y pensamos "Por Dios!!! cómo puede ir esa chica con la cara lavada? no es posible que esté bien, algo la pasa, ¿no se da cuenta? incluso nos atrevemos a preguntarla, como para saber que puede pasar por su cabeza para no ir maquillada y peinada por las mañanas. Lo hacemos con sutileza, claro, ¿Oye, con lo mona que tu eres, cómo es que no te pintas un poquito? A lo que la otra, si no tiene una absoluta seguridad en si misma se planteará. ¡Dios, soy un coco! y quizá la sonrisa natural que la acompañaba por la mañana, se vaya a comprar un desierto para perderse.

No digo que a una amiga, o compañera no se la pueda decir, oye no sé si te has dado cuenta pero tienes algo entre los dientes, o un moco en la nariz. Seguro que nos agradecerá que se lo digamos, pero de ahí, a moldear sus gustos y su forma de vivir su propia belleza va un camino. No es lo mismo dar opciones que condicionar, y creo que en eso solemos caer todo el mundo porque pensamos que nuestra opinión es acertada y la más "glamurosa" desde luego.

El concepto de belleza es muy relativo, cambia en diferentes épocas, en diferentes lugares, y en diferentes culturas, pero forma parte de un@ mism@ y creo que debe ser respetada en todo momento.

Quizá, si en lugar de estar pendientes de lo que lleva la gente puesto, estuviéramos pendientes de lo que llevamos dentro, este mundo sería un poco menos hipócrita y un poco más humano.

Esta entrada, también ha venido "cocinándose" porque el otro día en clase tuvimos, lo que yo llamo "un acontecido"; Mi compañera en clase lo está pasando muy, pero que muy mal. Cada dos por tres se echa a llorar, porque se encuentra detestable cada vez que se mira al espejo. Ha tenido varios desordenes alimentarios y la han operado varias veces. Es una luchadora nata, y está luchando contra su enfermedad, la admiro de verdad, pero le es duro luchar contra su enfermedad y contra esta sociedad que la exige unos cánones de belleza determinados. 

El otro día todos intentamos apoyarla porque se nos derrumbó. "Que lo importante es sentirse bien, ahora estás mejor que hace un tiempo, y seguro que irás progresando". 

La pobre, muchas veces practica conmigo entre lágrimas, y me pide continuamente perdón por, como ella dice "el numerazo". Juro que pegaría un puñetazo a aquellas personas que un día la hicieron sentir detestable y la hicieron verse en el espejo como alguien inferior, feo e irreal. 

Nuestra propia profesora, que no es imbécil y se da cuenta de la situación, nos contó, cómo donde ella trabajaba la criticaban por ir en chandal a dar clase. Por favor, es una profesora de varias disciplinas de masaje terapeútico, sus compañeras iban a dar clase con tacones, minifalda y maquilladas. ¿Cómo leches explicas un masaje facial? Si yo como alumna, tengo que presionar a la profesora en la cara para que esta note si mi presión, o algún movimiento es correcto, me tiene que dejar su cara para comprobarlo. Es ridículo. Cómo la podían criticar, sus colegas, por no ir "arreglada" Curiosamente, mi profesora fue la única que no echaron, y además ha sido contratada actualmente por la escuela donde estoy aprendiendo, y donde no he visto ni un profesor que no vaya cómodo para mostrarnos posturas y movimientos.

Otro ejemplo nos lo dio otra compañera que es enfermera y que saben, qué compañeras han trabajado y quienes se han tocado las narices, porque cuando salen de trabajar, las más vagas están perfectamente peinadas y maquilladas, casi sin retoques. Sus propios compañeros masculinos están indignados con ellas, porque el trabajo que no hacen para estar tan monas, lo tienen que hacer los demás.

Yo no digo, que la gente tenga que ir con la cara lavada, lo que digo, es que cada uno vaya como quiera y sea respetuoso con la imagen de los demás.

Yo tengo chorrocientos pintalabios, porque es mi debilidad, pero no tengo por qué exigirle a nadie que vaya como me gusta a mí, y no como le gusta a él o a ella. Parecerá muy cursi, pero creo que una sonrisa en la cara, la ilumina más que el mejor de los maquillajes.


Desde aquí pido perdón si en alguna entrada, o alguna vez he herido la autoestima de alguien, o le he hecho sentir que no es lo suficientemente bell@

domingo, 6 de mayo de 2012

La felicidad que se comparte... y no va de parejas, que conste.


Hola, en mi navegación bloggera de esta tarde me he encontrado con una entrada que me ha encantado. La entrada pertenece al blog "Una antropóloga en la luna" y el título del blog que os recomiendo es "La felicidad que se comparte: Inati el Ubuntu". 

Esta es una entrada muy buena. Nos habla acerca de cómo diferentes culturas tienen diferentes formas de compartir la felicidad. Dado que mi anterior entrada estuvo dedicada a un dilema por la angustia que nos transmiten las diferentes noticias sobre " la crisis" (Que al nombrarla, ya temo que suene un trueno de película de miedo), he querido compensar esta entrada con lo contrario, algo que nos haga sentir bien. Era una tontería que yo escribiera algo cuando he encontrado esta entrada tan bien escrita, y tan bien descrita. Pienso que si ya hay algo bueno que no requiere mejora alguna, hay que disfrutarlo y darlo a conocer.

Vereis  en la entrada que os propongo, que aunque haya diferencias entre países, y formas de vida, todo el mundo compartimos la idea de querer alcanzar cierto grado de bienestar y de alegría.  La felicidad como si fuera un color, puede tener diferentes tonalidades.

Disfrutad esta entrada como yo lo he hecho. 


martes, 1 de mayo de 2012

El dilema



Me he abierto una nueva etiqueta en el blog llamada "Introspecciones de una estrella de mar". Sería lo equivalente a lo que en muchos blogs  llaman "reflexiones" y como en el fondo soy una rebuscada, pues le he puesto introspecciones de estrella de mar a medio rallar a la criatura.

Últimamente le doy bastantes vueltas al tema "crisis". No hago más que oír en cualquier sitio donde pegue la oreja esta palabra. Siempre he sido una persona comprometida con la sociedad y el mundo que me acoge. Me daba igual ir a corriente que a contracorriente, porque normalmente iba conmigo, quiero decir, que podía no estar de acuerdo con la gente, pero no soportaba hacer cosas "en desacuerdo" conmigo. 

Ahora mi mente me está pidiendo descanso. Descanso del bombardeo de  noticias sobre las exigencias de los mercados, de burbujas que estallan y salpican las noticias de gente sin hogar, culpabilizada por unos de haber vivido por encima de sus posibilidades, y utilizada por otros como arma arrojadiza a la cara de banqueros, políticos y otros poderes fácticos. Estoy cansada de recortes, de rescates, de Merkel y de primas arriesgadas.

Las noticias llegan de todas partes de la televisión, de la radio, de los amigos, de los compañeros de  ex-trabajo, que irónicamente continúan con el objetivo de buscar trabajo a las personas. Objetivo que  se ve obstaculizado por barreras transparentes, para que no se pueda cumplir. Estos obstáculos los causan diversos "protocolos de actuación" impuestos por  el jefes que no han visto el desempleo ni a un desempleado, desde tres vidas anteriores a la suya, y que creen haber descubierto el huevo frito cada vez que abren ese agujero oscuro situado en el centro de su cara.

Leer prensa o ver telediarios es tomarse píldoras concentradas de depresión social. Dejándote en la boca un sabor metálico a miedo, indignación e incapacidad.

Siempre he sido una persona activa, y de las que dicen que el cambio empieza por nosotros mismos, aplicándolo en la vida diaria, tratando de ser consecuente con mis ideales de compromiso social, ecológica, económica, y laboralmente. Me la pela, como diría mi primo, que se rían de mi y de mis ideas. Pero últimamente siento una sensación de acoso y derribo, y al vaso medio lleno le veo un agujerillo por donde no para de irse lo que sea que contenga.

Creo que no soy la única, una niebla de pesimismo y miedo tiene a la gente bloqueada, en un eterno esperar a ver que pasa.

La verdad es que no quiero seguir siendo bombardeada con estas noticias, pero no quiero consumirme en la ignorancia bobalicona de una irrealidad que tiene grandes ventanales a la injusticia. No se admiten dosis porque no se puede filtrar al mundo, es demasiado grande y demasiado rotundo. 

Ahora viene el dilema; cierro los ojos, abro la boca y tomo aire, a ver si con un poquillo de suerte tapándome la nariz, no es más que una mala época que toca pasar, o abro los ojos,  y pongo la cara de asco, que me produce que los gritos de la gente ahogándonos, sean silenciados por los intereses económicos, que nada tienen que ver con los intereses humanos.

Parece que el Titanic se hunde de nuevo cien años después.

No hay como escribir, para ver las cosas más claras.